lunes, 27 de febrero de 2012

La página del Dr. Moncho


Formato actividad: La página del Dr. Moncho no. 1

Academia de San Carlos, UNAM

Programa de Maestría en Artes y Diseño, 2012-2

Lic. Guillermo De Gante

Investigación y Producción II

27 de febrero de 2012

Fases:

-Punto de partida conceptual: Caricatura política para página de revista. Al haberse definido en cuatro las candidaturas para la elección presidencial en julio del 2012 decidí presentar una terna “alternativa” basada en las supuestas preferencias del teleauditorio, que al parecer conforma la mayoría de la población de este país -desde distintas mediciones y parámetros-. También incluyo al personaje de Moncho, que es un desdoblamiento de mi personalidad como caricaturista político, con el que intento plantear algunos de los cuestionamientos centrales de mi proyecto de investigación, que residen en la importancia o sentido de la caricatura política para una sociedad democrática.

-Parte gráfica: Combinación de técnicas tradicionales y digitales. Decidí utilizar fragmentos de fotografías para resolver la parte del rostro de los protagonistas por varias razones; dado que en el cuerpo de los personajes el dibujo está elaborado sólo por trabajo de línea y manchas planas de grises, presentar el rostro con demasiado detalle de dibujo hubiera creado una contradicción visual del mensaje; como los personajes tienen sus cabezas enmarcadas en una pantalla de tv, el rebasado de las pantallas por las cabezas es sinónimo de la sobrevaloración que se le da a lo que ocurre en la realidad mediática; finalmente, durante el proceso de composición en la parte digital, al ir probando distintas clases de imágenes, los rostros en fotografías presentaban la idea de mejor forma.

-Aplicación: Impresión b/n con simulación de página de revista.

Desarrollo:

-Fechas: 20 de febrero inicio de la actividad, presentación de la idea y los primeros dibujos; 22 de febrero elaboración de los diagramas y de la composición de la hoja; 27 de febrero entrega final de la actividad y del formato de organización de actividades.

-Comentarios: ¿Cómo nacen las caricaturas políticas, es posible proponer una metodología o sistematización para su desarrollo, cuál es la importancia de la convergencia entre coyuntura histórica y la actitud personal del caricaturista? Esas son algunas de las preguntas entre otras inherentes a las problemáticas del caricaturista político como líder de opinión, pero también como productor de imágenes situado en la convergencia del artista-intelectual libre y el diseñador-comunicador obligado a respetar las imposiciones económicas y tecnológicas del medio en que publique, para responder a lo largo del semestre mediante las actividades de clase.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Ensayo Modernidad y Posmodernidad

Ensayo: Modernidad y Posmodernidad

Academia de San Carlos, UNAM

Programa de Maestría en Artes y Diseño, 2012-2

Mtro. Gerardo Gonzales

Tipografía Experimental

17 de febrero de 2012

La idea a partir de la que interpretaré a la Antigüedad, a la Modernidad y a la Posmodernidad será la de los grandes relatos o metarrelatos -es decir, las ideas subyacentes que se encuentran en las mentes y las acciones de los hombres de determinadas épocas- basada en la tesis de Lyotard, y sus respectivas sucesiones como paradigmas históricos: del antiguo pensamiento mágico-religioso se pasa al moderno científico- político social para llegar al actual pensamiento posmoderno, que serán explicados a continuación.

1) Una forma de entender a la Modernidad y a la Posmodernidad es como periodos históricos de la humanidad, en particular de Occidente y la periferia global, caracterizados por la diferencia en la forma de pensar, con todas las consecuencias que ello implica, respecto a la antigüedad. Influenciada por las culturas milenarias del Medio Oriente y Egipto, filtradas y enriquecidas por las tradiciones grecolatina, bizantina y musulmana, la Edad Media europea se caracteriza por estar basada en el pensamiento cristiano neoplatónico. El paradigma religioso imperaba en la mente de la mayoría de la población, el manto de lo espiritual cubría todos los aspectos de la realidad humana; la buena y la mala fortuna eran atribuibles a las fuerzas sobrenaturales que adquirían forma y sentido en el dogma católico-romano.

Esta transición de la Edad Media a la Modernidad -con el respectivo cambio de paradigma- requirió el desarrollo de distintos fenómenos a lo largo de varios siglos que modificaron la forma de pensar, provocando que esta tendiera hacia la secularización. Mientras el pensamiento religioso ocupa a la razón como instrumento para apreciar las acciones del creador supremo y la fe de la recompensa ultraterrena, el pensamiento moderno le ha dado a la razón el objetivo de funcionar como una herramienta para acceder al bienestar humano.

El cambio se logró en gran medida a las revoluciones epistémicas de la ciencia y la filosofía que vinieron a cimbrar todo el conocimiento que se tenía por bueno, y por tanto, lo que les permitía construir su visión del mundo -cosmogonía-; por un lado Galileo mediante sus observaciones, y perfeccionando el primer telescopio desarrollo una teoría astronómica que indicaba que la tierra era redonda en vez de plana y que no era el centro del universo como declaraba el dogma cristiano basado en el modelo de Tolomeo. En el culmen de sus meditaciones Descartes declara al Yo como el sujeto de la razón, y que el conocimiento debe pasar por los sentidos, pero al ser estos limitados, requieren del análisis metódico de la razón para que el conocimiento pueda ser confiable, oponiéndose a la filosofía de Platón, que consideraba que en vez de aprender, el hombre recordaba las ideas que le eran transmitidas a su alma desde el inmaterial e incorrupto topus uranus; también avanza en el saber matemático mediante el desarrollo del algebra y el sistema de ubicación por coordenadas.

Los grandes viajes de exploración a través del globo de los siglos XIII y XIV, sobre todo de los comerciantes del Mediterráneo, permitieron el descubrimiento de una variedad inimaginable de culturas distintas, casi todas con una economía agraria y con religiones paganas, lo que fue justificación suficiente para el que el hombre blanco europeo se erigiera como el único modelo legítimo de humanidad, desplazando a cualquier figura divina como autoridad, y decidiera llevar al resto de los grupos humanos a la senda de la “civilización”.

Otra influencia decisiva se encuentra en el mundo de las artes visuales y su inspiración en las culturas clásicas, el Renacimiento, y su antropocentrismo característico. En la búsqueda de la legitimidad con que contaban las artes liberales del trivium (gramática, retórica, dialéctica) y el quadrivium (aritmética, geometría, astronomía, música), la pintura, la escultura y la arquitectura son reunidas en un sólido cuerpo teórico caracterizado por una acción independiente del resto de las disciplinas artísticas, el dibujo, por lo que serán denominadas las artes del dibujo (arti del disegno) por Vasari en el siglo XVI. El alto nivel de realismo y destreza técnica logrados por el uso del pensamiento científico a la hora de abordar los problemas artísticos llevaron a las artes visuales a sucesivos cambios en pocas décadas, se pasaron exclusivamente de los temas religiosos a los temas paganos y la representación de la ascendente clase burguesa.

Hace su aparición histórica “el individuo” como sujeto de derechos, el caso más notable lo encontramos en las artes, cuando se pasa del trabajo anónimo al reconocimiento de la aportación personal y única mediante la firma autoral de las obras; este será un germen de la filosofía liberal e individualista que comienza a adquirir preponderancia frente a la tradicional filosofía escolástica. Buscando integrarse socialmente a los grupos tradicionales de poder, la clase burguesa fomenta la pintura de retrato y ella misma se vuelve personaje dentro de las pinturas religiosas, con lo que garantiza su ingreso en la historia del arte.

Las grandes exploraciones europeas en ambas costas del Atlántico y en el océano Índico en la búsqueda de nuevos mercados a los cuales expandirse, motivó al establecimiento de colonias ultramarinas que enriquecieron en poco tiempo más a los aventureros comerciantes que a las cortes parásitas de rentas y títulos. La clase burguesa comienza a disputar el poder a la realeza y al clero, y en su búsqueda de legitimidad propicia un fenómeno social que perdura hasta nuestros días, la moda.

El franco rechazo a los cánones ancestrales y la adopción de signos en función del gusto personal, es un producto completamente moderno, una adhesión voluntaria a las corrientes del momento; conjunción de la fantasía estética y lo efímero como nos dice Lipovetsky. La tradición y la moda conviven como distintas formas de expresar la identidad de clase.

2) Un paso decisivo más para el pensamiento moderno es la Ilustración, sintetizada en la frase latina empleada por Kant, “atrévete a saber”. Se pensó que la inteligencia debía servir para combatir a la ignorancia, el fanatismo y la tiranía, por lo que esta se apoya en las filosofías empiristas y racionalistas; dejo de existir conocimiento o situación que no se prestara a la controversia que versara sobre su autenticidad. Bajo este filtro el conocimiento pasa a ser entendido como un corpus ordenado, sistemático y jerarquizado, idea sintetizada y ejemplificada en la Enciclopedia de Montesquieu.

Entonces podemos ver a la Modernidad como una actitud respaldada en el uso de la razón como instrumento para el conocimiento del mundo y el mejoramiento de mismo; el filósofo inglés Francis Bacon en Novum Organum dice que ciencia es la herramienta que habrá de emplearse para que el hombre pueda dominar a la naturaleza, y mediante experimentos que dan forma e interpretan los datos sensibles, la inteligencia será capaz de generar los instrumentos con los cuales darle forma al mundo. De esta forma tienen sentido ideas como la de progreso o desarrollo.

La racionalidad, producto y característica de la Modernidad, se haya extendida a lo largo de las instituciones y las actividades humanas, desde el aparato estatal hasta el mundo del arte; la racionalidad requería de una sistematización que pudiera demostrar la forma en que algo funciona, que también brinde una explicación sobre su existencia, para ello cuenta con la jerarquización para ordenar y clasificar el conocimiento y el funcionamiento de sus instituciones sociales. Surge el Estado moderno -alternativa de estabilidad social a la creación y destrucción de reinos según los convenios matrimoniales de la realeza-, por su capacidad para formar y unificar al todavía pueblo en ciudadanos, sujetos de derecho, que en su autolegitimación se someten a la ley en tanto esta es capaz de hacer justicia, y al ser al mismo tiempo legisladores, coinciden con la voluntad de que la justicia haga la ley.

Las revoluciones burguesas parten del hecho de que todos los hombres son iguales al no haber justificación divina para que un grupo en especial detente el poder, entonces los siervos se colocan al mismo nivel que la realeza; las filosofías del individualismo y el liberalismo político y económico formaron parte de las influencias ideológicas, que trataron de llevar esa libertad al mundo real, las grandes revoluciones sociales del siglo XVIII, la Independencia Norteamericana y la Revolución Francesa. De esta forma el Estado moderno adquiere legitimidad en la medida que otorga libertades y derechos a sus ciudadanos, garantizando condiciones de desarrollo y siendo representante de los poderes públicos.

Nietzsche habla de “la muerte de Dios” para referirse a la conclusión de los valores absolutos -ya sean de carácter moral, metafísico, epistemológico, y sobre todo trascendentes- propios del pensamiento mágico-religioso, y menciona a las cuatro clases de hombres que siguen a esa muerte: “el último de los hombres”, que es el hombre que al no encontrar trascendencia decide dedicar su vida a la búsqueda de la felicidad personal; “el hombre nihilista”, que al saber que no hay consecuencias para sus actos despliega todo su poder para conseguir sus objetivos y el resto de las personas sólo le significan un apoyo o un obstáculo para conseguir sus metas; “el hombre superior” que aun conociendo la inexistencia de los valores trascendentes actúa como si estos existieran; y finalmente “el superhombre”, que tiendo a su propia muerte como el límite de su ser, decide actuar de forma trascendente y con su voluntad imprimir su forma a la inmanencia.

3) Cuando cayeron la bombas atómicas en Japón, junto a la existencia de los campos de concentración como el de Auschwitz, también cayó el último muro del edificio de la Modernidad. Fenecieron todos los paradigmas modernos, la ciencia no es naturalmente buena, también sirve para matar; el socialismo degeneraba en un monstruo totalitario que se alejaba de cualquier perspectiva de emancipación humana. La atomización de los conocimientos científicos mediante su especialización impidió que hubiera individuos capaces de abarcarlos a todos; la ciencia más que buscar una verdad universal se concentra en pequeñas parcelas que explican fenómenos específicos sin postular nuevas leyes, situación en gran medida provocada por la incompatibilidad de las teorías de la relatividad y de la mecánica cuántica.

El fin de la Guerra Fría cortó de tajo las aspiraciones socialistas en aquellos países que mantenían como base un amplio espectro de grupos sociales, los que consideraban que la revolución armada -tanto a favor como en contra del modelo soviético de Socialismo Real- era el método adecuado para hacerse del poder y transformar a la sociedad. Este fue sustituido en la práctica por los discursos de la democracia electoral-representativa y el liberalismo económico sin la intervención del Estado, es decir, el neoliberalismo.

El desarrollo de la cámara fotográfica como técnica de representación por sí misma plantea diversas situaciones inéditas en la historia de la producción de imágenes: por un lado al abaratar los costos y el tiempo de producción y reproducción de imágenes, no tardo en sustituir a la tradicional pintura de caballete, con lo que las clases medias y bajas lograron su incorporación en la historia de las imágenes, lo que es sinónimo de democratización de la cultura. Esto obligó a los artistas visuales a buscar nuevas formas de representación -¿no es acaso esta pregunta, qué es lo que se puede representar, la principal duda ontológica en la historia de las imágenes?-, lo que generó un nuevo eslabón en la historia del arte, ya que durante cien años se dio la mayor experimentación visual en la historia de la humanidad, las vanguardias artísticas. Probablemente la obra más importante de esa etapa sea el mingitorio de Duchamp, que cuestiona todas las teorías del arte sobre lo bello, lo sublime, la técnica, la originalidad de la obra o la importancia del museo.

Otra consecuencia es el surgimiento de del diseño como actividad proyectiva ligada a la aparición de las mega-urbes a lo largo del globo en el siglo XX; la Bauhaus y el constructivismo ruso, con su intención de unificar al artista con el obrero y el artesano, buscando el equilibrio entre estética y funcionalidad, con un claro tinte político-social, consiguen desarrollar los parámetros que habrán de guiar al especialista del diseño en sus distintas vertientes actuales: gráfico, industrial, urbano, textil, digital.

El mundo de los medios masivos de comunicación, caracterizados por su relación jerárquica respecto a los usuarios ha entrado en crisis en los últimos años por la aparición del internet y de las redes sociales digitales que operan en la horizontalidad, porque todos pueden ser productores y consumidores de información. Al no existir más los relatos que dan sentido trascendente a nuestra existencia, cuando cualquier verdad es igual de valiosa que las demás, en que todo es digno de ser mirado con atención, entramos en la dinámica de que cualquiera se puede convertir en líder de opinión, autoridad cognitiva; todos nos seguimos a todos pero nadie sigue a nada, y así no llegamos a ningún lado.

Bibliografía:

Acha, Juan: Introducción a la teoría de los diseños. Trillas, México, 1988.

Barasch, Moshe: Teorías del arte: de platón a Winckelmann. Alianza, Madrid, 1991.

Lipovetsky, Gilles: El imperio de lo efímero. Anagrama, Barcelona, 1990.

Lyotard, Jean François: La condición postmoderna: informe sobre el saber. Cathedra, Madrid, 1989.

Vattimo, Gianni… (et al): En torno a la Posmodernidad: ¿una sociedad transparente? Anthropos, Barcelona, 1991.

Nietzsche, Fredrich: Así habló Zaratustra. Edimat, Barcelona, 1998.